La Contraloría General de la República organizó el foro «Enfoque Diferencial Campesino: una nueva visión», un espacio clave para analizar y proponer políticas públicas orientadas a mejorar la calidad de vida de la población campesina en Colombia. Este evento subrayó el papel crucial del campesinado en la seguridad alimentaria, el desarrollo sostenible y la preservación de la cultura, pero también dejó en evidencia las brechas que aún deben cerrarse para garantizar su inclusión plena en las políticas de desarrollo del país.
El papel del campesinado en Colombia
En Colombia, los campesinos representan aproximadamente el 26% de la población, según datos recientes del DANE. Este sector produce más del 70% de los alimentos consumidos a nivel nacional, destacando su rol en la soberanía alimentaria del país. La agricultura campesina, familiar y comunitaria no solo es esencial para la economía rural, sino también para la conservación de la agrodiversidad y las tradiciones culturales.
Sin embargo, esta población enfrenta importantes desafíos. Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida de 2023, muchos campesinos carecen de acceso a servicios básicos como agua potable, internet y gas natural. Además, presentan niveles alarmantes de pobreza multidimensional, lo que resalta la urgencia de implementar políticas públicas efectivas.
Avances normativos y compromisos internacionales
En 2018, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración sobre los Derechos de los Campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales, un marco que subraya la importancia del acceso a la tierra, el agua y otros recursos esenciales. En línea con este compromiso, Colombia reconoció en 2023 al campesinado como sujeto de especial protección constitucional mediante el Acto Legislativo 01.
Este avance legal reconoce la conexión única entre los campesinos y la tierra, así como su contribución a la soberanía alimentaria del país. También establece la obligación del Estado de crear instituciones y normativas específicas para proteger sus derechos.
Políticas públicas: desafíos pendientes
A pesar de los avances normativos, persisten retos importantes. En 2023, se identificaron recursos por más de 5 billones de pesos destinados a proyectos que indirectamente beneficiaron a la población campesina. Sin embargo, no hay asignaciones exclusivas para este grupo, lo que limita la capacidad del Estado para atender sus necesidades específicas.
Además, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 incluye metas relacionadas con la alfabetización y la reducción de la pobreza multidimensional en el sector campesino. A pesar de ello, la implementación de estas estrategias enfrenta barreras como la falta de un sistema consolidado para hacer seguimiento a los acuerdos entre el gobierno y las comunidades campesinas.
Recomendaciones y llamados a la acción
Durante el foro, se propusieron varias acciones concretas para fortalecer el enfoque diferencial campesino en las políticas públicas de Colombia:
- Creación de oficinas de atención integral: Espacios dedicados exclusivamente al campesinado para facilitar el acceso a servicios y programas gubernamentales.
- Fortalecimiento de los espacios de participación: Reforzar los consejos municipales y departamentales de desarrollo rural para garantizar que las voces de los campesinos sean escuchadas y sus necesidades atendidas.
- Implementación de un sistema de trazabilidad: Un mecanismo que permita hacer un seguimiento efectivo de los recursos asignados y los acuerdos suscritos.
- Promoción de la equidad de género en el campo: Asegurar que las mujeres campesinas reciban las mismas oportunidades y recursos que sus pares masculinos.
Un compromiso renovado para el desarrollo rural
El foro culminó con un compromiso por parte de los asistentes para trabajar de manera coordinada en la implementación de políticas que garanticen los derechos del campesinado. La Contraloría General anunció que, a partir de 2024, priorizará la evaluación de inversiones y acuerdos relacionados con esta población, asegurando que los recursos asignados tengan un impacto directo en su calidad de vida.
Asimismo, se reiteró la necesidad de cerrar las brechas existentes entre lo rural y lo campesino, diferenciando las políticas generales de aquellas que aborden las necesidades específicas de los campesinos. Esto incluye garantizar el acceso a la tierra, mejorar las condiciones de vida y fortalecer su participación en las decisiones que afectan su futuro.
Reflexión final
El campesinado colombiano es una pieza clave en la construcción de un país más equitativo y sostenible. Este foro no solo fue un espacio de discusión, sino un paso importante hacia el reconocimiento pleno de sus derechos. El desafío ahora es garantizar que las propuestas se traduzcan en acciones concretas que beneficien a esta población y aseguren su lugar en el desarrollo de Colombia.